El rol del Estado: La zanja que divide a la derecha y la izquierda

Parece mentira que todavía en el año 2013 sigamos usando los términos de derecha e Izquierda para referirnos a puntos de vista políticos. Estas palabras surgen como referentes políticos en el siglo XVIII, cuando en plena revolución francesa los “burgueses” se sentaron a la derecha del rey y los “desposeídos” a su izquierda. Lo curiosos es que aún en el XXI nos empeñamos en aplicarlos aunque en 300 años algo ha cambiado el mundo y las relaciones de poder.

Fue un 11 de septiembre de 1789 — no, las torres gemelas no habían sido construidas –, durante la ebullición de la Revolución Francesa y con el propósito de buscar acuerdos para crear una nueva constitución, se reunieron en el parlamento los revolucionarios, quienes se sentaron a la izquierda del Rey,  que pensaban que la voluntad del pueblo debía estar sobre la del monarca, y los que defendían a la monarquía, quienes se ubicaron a su derecha. Este hecho fortuito marcó dos tendencias políticas que tienen casi de 3 siglos en pugna.

Muchas cabezas han rodado desde entonces y este antagonismo parece eternizarse, a pesar de las pocas monarquías que todavía existen en el mundo y su limitado poder político. Los términos han devenido en otras acepciones que convenientemente han usado políticos de todos las “razas”, sobretodo para desprestigiar a sus adversarios, más que para defender una posición en realidad.

La derecha acusa a la izquierda de “comunista”, siendo a estas alturas un eficiente insulto que espanta a la mayoría de los electores, mientras la izquierda le endilga a la derecha la etiqueta de insensibilidad ante lo social, dado su indetenible afán de lucro personal a costa de la explotación de sus congéneres.

Pero en realidad ¿Cuál es la diferencia, qué cosas los distingue, cuál es el punto focal? Sin duda el papel que cada opción otorga al Estado es la zanja que los divide. Veamos cada caso sin pretender calificarlos.

Derecha. Sostiene que el Estado es un administrador que está al servicio de la sociedad; que debe ocuparse de la salud, educación, seguridad y casi que todo los demás debe dejárselo a los ciudadanos velando, por supuesto de que se cumplan las leyes. El Estado debe ser como el árbitro en el Beisbol: mientras menos se sienta es porque está haciendo un buen trabajo.

Se asume que las leyes serán tales que la economía se autorregulará ya que se combatirá ferozmente los monopolios y se promoverá la iniciativa privada. Cada individuo tiene libre albedrío para desarrollar sus capacidades dentro del marco legal en la actividad que mejor le parezca. La demanda y la oferta reinará, dándole paso a que toda la creatividad de la gente aflore, en su intento de obtener toda la ganancia legal que pueda, siendo competitivo en el ramo que trabaje.

El emprendimiento privado es el motor que empuja la competitividad y el progreso.

Izquierda. Piensa que la tutela del Estado debe ser omnipresente. El desarrollo de las capacidades de los individuos debe estar supeditado a los intereses superiores que la Nomenclatura en el Poder establece. Los medios de producción también deben estar en manos del Estado quien debe ejercer férreo monopolio ya que se corre el riesgo de perder poder.

Todos los miembros de la sociedad deben estar sometidos a trabajar en lo que se le asigne para cumplir con los planes que se han establecido. La paga por este trabajo es irrelevante ya que estás trabajando por el desarrollo de tu país. El Estado procura la alimentación, vestido, higiene al pueblo de acuerdo a la necesidad de cada quien. Cualquier otra necesidad fuera de las básicas representa una distracción inaceptable.

El Estado es el gran patrono que rige en toda la actividad económica.

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Ya sabemos que la defensa de cada una de estas posturas despierta pasiones pero creo que ya es hora de zafarnos de esta trampa-jaula que nos empuja casi inconscientemente a etiquetar a las personas, no permitiendo que surjan todos los matices que estas posiciones políticas pueden ofrecer.

Creo que llegó el momento de romper el paradigma de izquierda o derecha y trabajar en el “mestizaje” de estos términos para bien de la humanidad.

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